miércoles, 6 de julio de 2016

No siempre soy positiva


Estuve un poco ausente del blog porque estoy rindiendo mis exámenes finales en la universidad y tenía que enfocarme en eso. Todavía no terminé de rendirlos pero sentí que hoy necesitaba escribir para ustedes sobre algo muy importante que me pasa a mi y a todos los que sufren/sufrieron esta enfermedad.

Dejé de escribir una semana no sólo por los exámenes sino porque también me agarró lo que yo llamo "el bajón" que es cuando me deprimo sin razón aparente y otra vez pareciera que quieren volver esos pensamientos de auto-odio y desprecio hacia mi. No me suele pasar seguido pero cuando pasa tengo que admitir que no puedo evitar sentir miedo, miedo de recaer en la enfermedad y en ese círculo vicioso de autodestrucción. Si bien sé que desde que estoy mejor entendí muchas cosas acerca de lo que en el peor momento de la enfermedad pensaba y hacía, no paro de sentirme insegura sobre el hecho de que tal vez existe una ligera posibilidad de que comience a obsesionarme de nuevo.

Una de mis lectoras me mandó un email diciéndome que le gustaba la idea del blog y que a ella "le encanta la recuperación". Tengo que decir que esta frase quedó resonando en mi cabeza por un par de días porque cuando la leí lo primero que me pregunté fue "Y a mi, me gusta la recuperación?". Me encantaría decirles que me contesté esta pregunta inmediatamente con un "Obvio que si", pero la verdad es que tardé varios días en respondérmela, lo pensé bastante, y como justo estaba en un momento en el que no me sentía muy bien conmigo misma me demoré un poco en darme cuenta de que en realidad si me gusta la recuperación. Sé que hay días en los que no me siento del todo bien con mi cuerpo, o que me pongo triste si tengo muchas cosas que hacer y por ejemplo no puedo salir a correr que en realidad es lo que me encanta hacer y siento que me hace bien, tal vez por eso me pongo mal cuando alguna otra obligación me saca tiempo para hacerlo, pero también están los demás días en los que me siento plena y cómoda conmigo misma, en los que me miro al espejo y pienso "no me importa si mis caderas y mis brazos hoy están más grandes que cuando estaba flaca, porque estoy disfrutando de la vida y porque eventualmente y teniendo paciencia con el ejercicio eso va a mejorar" pero bueno, esos días no duran para siempre y estoy aprendiendo a que tengo que entenderme también cuando estoy bajoneada y saber perdonarme a mi misma, no sólo por tener pensamientos en los que me desprecio, sino por todas las cosas que le hice a mi cuerpo antes, por todo el maltrato y por todo lo que le hice pasar. Creo que desde que estoy mejor le pedí perdón a mi cuerpo unas mil veces por todo el daño que le causé en su momento y lo hice de corazón y con honestidad. En el fondo sé que amo mi cuerpo, porque es el que se me dio para esta vida y es el único que voy a tener hasta el día en que muera, así que piensen, realmente quieren pasar el resto de sus días así? Odiandose, atancandose a ustedes mismos para siempre? Yo creo que no, y si bien es una batalla con nosotros mismos hay que ganarla, no nos podemos dejar vencer por todos estos pensamientos invasivos. Soy consciente de que NO ES FACIL, a mi me costó mucho esta semana hacerlo, pero también me sirvieron las palabras de aliento que me dio una de las lectoras del blog en ese email y espero que también le hayan servido las mías.

Si bien me costó volver a escribir en este espacio, hoy me miré en el espejo y ya no me vi como me venía viendo los días anteriores, me solté el pelo y no pude evitar notar lo suave que estaba, realmente irradia sanidad y vitalidad, y saben por qué? Porque como lo que quiero, y eso no significa que me mato comiendo pero hay días que como mucho y otros no tanto, pero trato de no privarme de las cosas que quiero, digamos que me estoy dando la libertad de la que yo misma me privé en el pasado y puedo decirles que se siente muy bien! A pesar de que no faltan los días en los que pienso que comí demasiado y se asoma ese sentimiento de culpa, trato de relajarme un poco y decirme que todo va a estar bien y de pensar en cuanto disfruté de comer eso, y todavía más si es que comí algo con mis amigos y disfruté del momento, porque eso es lo que te impide esta enfermedad, DISFRUTAR DEL MOMENTO.

A lo que voy es que a pesar de que siempre pueden haber días "malos" llenos de pensamientos de culpa, lo que nos toca hacer a nosotros cuando eso pasa es tratar de querernos aunque sea un poquito (se empieza por algo), tratar de no insultarnos tanto, de no ponernos esa mirada juzgadora hacia nuestro propio reflejo y de tratar de ser más COMPRENSIVOS con nosotros mismos, porque no siempre vamos a estar plenos, felices y satisfechos al 100%, y se que cuando nos recuperamos esperamos eso pero no todos los días son un arcoiris, también hay días grises, pero los vamos a ir combatiendo poco a poco hasta que cada pensamiento de culpa o malestar nos dure cada vez menos y así.



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